Que tengan una excelente noche
😀

EL NIÑO Y LA CIENEGA
Lo que en seguida narraré, ocurrió por el año del señor de 1ó44. Fue en una de sus visitas a éste mineral de Fray Juan de Angulo ( I ). Cada vez que viajaba de Sombrerete a Zacatecas llegaba a este Real a saludar a sus numerosas amistades, ya que era merecedor de infinidad de atenciones por sus virtudes y servicios al menesteroso.
Se le recibió el 1 la casa del Capitán Don Andrés Vanegas, el cual también era el propietario de una de las minas más ricas de la localidad. En ese tiempo la explotación y extracción del mineral había disminuido notablemente, a tal grado, citan los cronistas de la época': provocaban que el pueblo "se despoblara". Preocupado el Capitán por la critica situación económica que dificultaba cualquier acción que le permitiera rehacer su fortuna y de esa manera asegurar la manutención de su familia y trabajadores, pedía al religioso su consejo y oraciones.
Este le manifestaba que tuviera paciencia ya que uno de sus sirvientes, el más humilde, descubriría rico filón de oro y plata que cambiaria por completo la desolada imagen del poblado y de sus habitantes. Resulta que, al poco tiempo del augurio de Fr. Juan de Angulo, un esclavo negro del capitán descubrió la rica veta. Pronto llegó la esperada recuperación económica al reanudarse la explotación y beneficio de los minerales, también el comercio empezó a reavivarse y la comunidad volvió a repoblarse de manera importante. El milagroso acontecimiento, así fue considerado, pronto se hizo notar, resulta que el Capitán Andrés de Vanegas, fervoroso creyente, en agradecimiento al favor recibido aportó gustoso una importante suma de dinero para que se construyera un templo "muy decente", así citan las crónicas que versan sobre la vida de Fr. Juan de Angulo y sus milagros. Se supone que el templo "muy decente", según el transcurrir del tiempo, es el Templo de la Purificación.
De acuerdo a nuestra particular apreciación. Años después del pronóstico del fraile, por el siglo XVIII, trabajaba las minas de Proaño el Capitán Dionisio González de Muñoz, el tenia su vivienda en las inmediaciones de la ciénega (Origen de los Ojos de Agua del Fresnillo, primer nombre de este paraje) y que se les localizan en el centro de la ciudad.
Le acompañaba su familia, integrada por su esposa y dos pequeños. Uno de ellos, al realizar sus juegos en compañía de otros amiguitos, en las cercanías de la ciénega, cayó accidentalmente a uno de los ojos de agua. Estuvo a punto de perder la vida ahogado, milagrosamente se salvó.
Este hecho fue del conocimiento de los padres del infante, el ojo de agua, al parecer, es el pozo que se encuentra en el atrio del templo parroquial. Los padres del menor, luego de reflexionar sobre la forma en que ocurrió el percance, prometieron construir en el mismo sitio donde su hijo estuviera a punto de perder la vida, un templo.
Lo que me contaron ocurrió un 2 de febrero, el día de la Candelaria.
La promesa fue cumplida, con el tiempo este templo se convierte en la Parroquia de Nuestra Señora de la Purificación del Real de Minas del Fresnillo. Son testimonios históricos, indudablemente, pero... Continuemos con la leyenda: Posteriores años, no recuerdo cuantos, pero fue después de haber ocurrido el milagro del Niño y la Ciénega, precisamente cuando el templo ya había sido construido, en el atrio, cérea de la noria ( Uno de los Ojos deAgua), que en ese lugar existe, se escuchan angustiadas voces de personas que llaman al niño; le previenen del peligro de caer en las cenagosas aguas.
Incluso, hay quien afirma que han visto a un niño vestido a la usanza de aquellos tiempos en el atrio y que también se acerca a otros pequeños para advertirles de los peligros que encierra acercarse demasiado al pozo.

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