
La otra clase de hechiceros no se presentaban harapientos o en una bola de fuego como las maléficas, sus hechizos son diferentes, pues estas son mujeres hermosas que con su mirada y cuerpo cautivan a los hombres, estas de día y a cualquier hora de la noche pueden hacer gala de sus encantos y poderes usando como arma la magia simpática de su dominio contagioso, la que a los hombres embruja y quema con sus hechizos, los que arrulla y balancea al resplandor de la luna, con goces sensuales rodeados de besos de amor, sin el cual no se embellecería la vida.
Las crónicas prehispánicas, del virreinato y la colonia, han dejado impresos donde se identificaba a este lugar como tierra de hechiceros.
En el presente aún persiste esta creencia. En otras partes del país hay quien relaciona a Fresnillo con la hechicería. Se le vincula con El Calabazal, comunidad entre los límites de Zacatecas y Durango. Indudablemente que la cercana Beleña es parte de fabulosas pero aterrantes narrativas.
De estas hechiceras hasta los poetas hablan, como Luis G. Ledesma en su canto a Fresnillo cita:
“Hoy el puro al cigarro sobrepuja; el papel orozus de venado; y al pedernal mil veces embitado, el cerillo famoso de La Bruja” (esta era una marca de cerillos fabricado en esta ciudad suponemos con relación a las hechiceras).
Este tipo de tema ha sido objeto de laboriosas y serias investigaciones que datan de varios siglos tratando de ahondar un poco más en estos míticos personajes y la similitud que se tenía con los curanderos antes de la llegada de los españoles y en siglos posteriores. Lo que se ha descubierto es sorprendente. A la fecha, en pleno siglo XXI, todavía se habla de brujas y hechiceras, incluso se les presenta de otra manera, muy diferente a los personajes que nos trajeron de Europa con sus aquelarres y maleficios.
Si, Fresnillo desde sus orígenes ha sido tierra de hechiceras, así lo han registrado las crónicas de mayor antigüedad. Pero, ¿qué podemos esperar de ellas?… Mejor dejemos las cosas como están, porque dicho de otra manera, somos descendientes de esos míticos personajes y creo que no podemos dejar a un lado nuestros orígenes.
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